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Cuando el mundo me cambió

Desde niña he sentido que soy diferente, si, muchas veces de niñas sentimos que no vamos con los demás, pues eso me sucedió a mí. Cuando iba para 4to grado, mis padres me cambiaron de escuela, lo cual de paso cambió muchas cosas. Mi escuela anterior era una pequeña donde me sentía querida, aceptada y amada por mis maestras, mis amigas, en fin, por todos. Al llegar a la nueva escuela era una escuela grande, muy grande donde todo era sumamente diferente. Cursé mis grados elemental e intermedia con tan sólo 1 amiga, quien amé y amo muchísimo, ella fue quien me aceptó tal y como yo era. Se deben estar preguntando ¿y cómo era Marina? Pues siempre he sido apasionada al arte, extrovertida, suelo ver el mundo diferente porque me baso en los detalles no en lo cotidiano, amo sonreír, soy cariñosa, pero sobre todo soy sumamente sensible, características que no muchos aceptan y menos los niños. Mis grados elementales fueron complicados dado que ya las maestras no eran amorosas, al contrario, ya no me sentía amada ni querida por las personas que estaban conmigo día a día en mi ambiente escolar. Lo cual hizo en mí que fuera cambiando, ya no sonreía tanto, de extrovertida pasé a ser tímida, ya no me importaban los detalles de la vida sólo fluía con la cotidianidad. Mis padres quienes siempre han dado todo por mí, ahí estaban en mi proceso ayudándome y apoyándome.

Pero, llegó la etapa intermedia, aquí si la cosa cambió mi vida, la adolescencia, esa etapa tan complicada de la vida. Mis maestras, el 90% definitivamente no creían en mí, viví esos años sintiendo el rechazo de ellas, viví como me juzgaban, mis notas ya no eran A ni B ahora eran C y D lo cual no era normal en mí. Viví el rechazo de mis compañeras de salón y justo ahí el mundo me cambió. Aprendí a sobrevivir, dejé de vivir. Recuerdo que a mis 12 años vi una película muy linda de magia (no se escandalicen, jajaja) de unas hermanas con poderes, algo muy lindo y en mi inmadurez yo quería ser como ellas, tenía una libreta con cosas de la nat